La Emperatriz de las Camelias
Es cierto que la mayoría de la gente que nos visita se sorprende al saber que la famosa bebida caliente tan apreciada en Reino Unido y llegada a Europa desde China, se obtiene de la hoja de una camelia: la camelia sinensis. Justo antes de llegar a la capilla del pazo, al margen derecho del camino, descubrimos un arbusto con una diminuta flor de color blanco y estambres amarillos, que comienza a florecer a finales del otoño. Al pie de esta camelia podemos leer en una placa de metal, sobre un pie de piedra ‹‹árbol del té›› ilustrado con una fotografía de la flor.
En internet o en libros especializados podemos leer diferentes historias y leyendas sobre la introducción de esta planta en Europa, pero tal vez la más llamativa sea la versión que relata las peripecias del botánico inglés Robert Fortune. En el año 1848, este personaje de novelas de aventuras, consigue transportar desde China a la india 200 pies de este arbusto, tras un duro periplo por las plantaciones del gigante asiático al más puro estilo Marco Polo. Todos los detalles se pueden disfrutar en alguno de los libros que él mismo escribió durante su estancia en el país de las camelias. Pero antes de la introducción en Europa de las hojas de este preciado arbusto desconocido, los habitantes del país más poblado del mundo, ya disfrutaban de sus propiedades y sabor desde hacía cinco mil años, aunque también para este hecho existen diferentes versiones dependiendo de la geografía.
Cuenta la leyenda que el descubridor fue el emperador Shen Nung o Shennong, el Divino Granjero; para este mítico relato también podemos encontrar variantes, pero todos coinciden en que fue algo casual. Unas hojas del arbusto cayeron dentro de un recipiente de agua hirviendo impulsadas por el viento y, al beber el agua, el emperador pudo saborear la dulce amargura que desprendía y se repuso de su cansancio. Aunque si bien es cierto que el té sale de las hojas de esta camelia, no es tan sencillo conseguirlo como dejar reposar las hojas en agua caliente como si se tratara de sobrecitos de papel o tela. De la camelia sinensis se obtienen cuatro tipos de té básicos. El té blanco, considerado el té del emperador, por ser el que daba la eterna juventud debido a su alto contenido en polifenoles; el té verde, el oolong (té azul) y el té rojo o té negro.
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