Un Jardín Histórico en Galicia…
Más de 5.000 ejemplares de camelia, y todo tipo de especies botánicas que al visitante dejará asombrado por su belleza y su estricto cuidado
El ajardinamiento de Pazo de Rubianes comienza a finales del siglo XVII con un proyecto de jardinería que abarca el entorno más cercano al palacio y a la zona conocida como el estanque de las ranas. Fue a lo largo del siglo XVIII cuando se realizaron las más importantes actuaciones en lo referente al ordenamiento de los cultivos y el incremento de las áreas ajardinadas.
La pasión por la jardinería se fue heredando de padres a hijos, y durante los siglos XVIII y XIX y se sucedieron los nuevos proyectos de jardinería con la introducción de especies que hoy se han convertido en auténticos monumentos vegetales: los magnolios, calocedros, criptomerias, eucaliptos, alcanfores, fresnos, araucarias, robles, alcornoques, camelias, entre tantas otras especies que hoy pueblan nuestro parque botánico. Sin duda, este jardín invernal, época del año en la que la camelia florece y luce su mayor esplendor, convierte al pazo en un entorno único a nivel europeo.
La historia reciente del jardín tiene dos protagonistas: Doña Dolores Urcola Zuloaga y Doña Paloma Rey Fernández-Latorre.
Doña Dolores “La Marquesa” vivió en la finca durante casi 80 años y fue la responsable de la conservación del jardín durante buena parte del siglo XX. Gran amazona y amante de la botánica con devoción por la camelia es un ejemplo de amor y sacrificio por este jardín centenario.
Por otra parte, Doña Paloma, Señora de Rubianes y Marquesa de Aranda, viuda de Don Gonzalo Ozores de Urcola, fue durante la primera parte de este siglo el alma de la finca. Ella simbolizó el compromiso y la responsabilidad con el patrimonio que le tocó cuidar y custodiar.
Además, ella fue la protagonista de la recuperación de la finca después de los terribles incendios de 2006 que afectaron de forma importante nuestras viñas. La devoción de Doña Paloma por el jardín histórico fue innegable, y gracias a su extraordinaria labor se ha convertido en un referente en Galicia en el ámbito botánico, arquitectónico y vitivinícola.